Ingredientes

– 350 g de harina de repostería (leudante)
– 80 g de mantequilla
– 1 cucharada de polvo de hornear (levadura en polvo)
– 3 cucharadas de azúcar
– 1 cucharada de esencia de vainilla
– 175 ml de leche
– 2 huevos

Preparación

Calienta el horno a 18oº.

Coloca en un bol la harina y la mantequilla cortada en trociitos. Mezcla hasta obtener una arenilla. Añade el azúcar y el polvo de hornear y vuelve a mezclar. Bate ligeramente los huevos con la leche y ve añadiéndolos de a poco revolviendo con un tenedor hasta formar una masa un poco pegajosa. Reserva un poco de la mezcla de leche y huevos para pintar los scones por encima.

Pon harina sobre la encimera, vuelca la masa espolvorea con harina pero solo para evitar que se pegue en las manos. Amasa hasta formar una masa homogénea.

Estira la masa con una altura de 3 cm. Corta con un cortapasta de la forma que más te guste.

En una fuente coloca papel de horno y ve colocando los scones. Píntalos con el sobrante de leche y huevos.

Hornéalos hasta que estén doraditos, más o menos unos 20 minutos.

En Escocia es típico tomarlos tibios con mermelada, por lo general, de frutos rojos y nata montada.

Si piensas comerlos solos, te recomiendo que aumentes la cantidad de azúcar al doble y si te gustan las uvas pasas también le puedes poner unas 4 cucharadas.